Crisis de lactancia o brotes de crecimiento

Crisis de lactancia o brotes de crecimiento

Si el bebé parece no estar conforme o cómodo cuando se pone a mamar, va pasando de un pecho al otro de manera casi constante, se retira y vuelve continuamente…entonces es muy posible que la criatura esté atravesando un brote de crecimiento o crisis de lactancia.

Estos brotes son muy comunes en los bebés, y gracias a que la mayoría de ellos los experimentan en la misma edad es posible catalogarlos y comprenderlos.

Una mamá informada y prevenida en este aspecto sabrá qué es lo que está sucediendo y podrá hacerle frente.

Por el contrario, si nos encontramos con una criatura que se enganchaba bien al pecho y, de repente, empieza a impacientarse o a demostrar cualquiera de los demás síntomas característicos de los brotes, es posible que empiecen las dudas y los comentarios cuestionando la lactancia.

Por eso, es importante saber cuándo pueden ocurrir estas crisis y cuáles son sus manifestaciones, para que así la mamá esté tranquila sabiendo que lo que sucede es normal y, sobre todo, pasajero.

¿Cuándo se producen?

Hablamos de crisis y brotes, en plural, porque suceden en más de una ocasión. Así que mamis, estad prevenidas y, me reitero, tened siempre en mente que se trata de algo pasajero.

15-20 Días

Tal como comentábamos antes, al principio tenemos una lactancia y una normalidad instauradas en el recién nacido, estamos tranquilas y calmadas y…zas! A las dos semanas de vida nos encontramos con que nuestra criatura tiene una actitud tal como:

  • Se engancha  más aún al pecho y no lo suelta (parece que está todo el día a la teta).
  • Llora si no tiene el pecho en la boca.
  • Regurgita grandes cantidades de leche y aún así quiere seguir a la teta.

¿Por qué ocurre esto?

Pues porque necesitan aumentar la producción de leche y la única forma es esa, estar a la teta. Por lo que pueden estar así unos 3 días hasta que consigan que la producción de leche sea la óptima. Entonces todo volverá a la normalidad.

6-7 Semanas

Pues sí, tras un tiempo de tranquilidad, sobre el mes y medio de vida es común que vuelva a surgir otra crisis de lactancia.

La actitud de nuevo pasa por:

  • Nerviosismo mientras mama. No se está quieto y llega a dar tirones.
  • Nuevo aumento en el número y la duración de las tomas.

En esta ocasión la causa, más que para volver a regular la producción de leche, parece ser debida a un cambio de sabor en la misma, hecho que puede no gustarles. Una vez más, al cabo de una semana aproximadamente, la situación se regula y de nuevo volvemos al patrón de lactancia anterior.

3 Meses

Esta es, posiblemente, la crisis más dura y más delicada, ya que puede llegar a tardar hasta 1 mes en resolverse.

En algunas ocasiones y a causa de la falta de información de la mamá, de la ausencia de apoyo del entorno, del cansancio acumulado o por un poco de todo, esta crisis llega a suponer el fin de la lactancia materna. Aunque posiblemente la mamá, y de seguro la criatura, no estén preparadas para que esto ocurra.

¿Por qué sucede esta crisis de lactancia?

En esta ocasión se suman varios factores.

  • Por un lado, el bebé ya ha desarrollado más sus sentidos, puede ver y escuchar mejor el mundo y todo lo que en él sucede. Así que un sonido,  una mosca o una mancha en la pared son distracciones más que suficientes y normales para acaparar su atención. Su afán de exploración y de descubrir el mundo harán que prefieran descubrir lo que pasa a su alrededor antes que seguir mamando.
  • Por otro lado, ya tienen una técnica de mamar muy depurada, así que ahora en una toma de 5 minutos son capaces de sacar todo lo que necesitan del pecho.
  • A esto hay que sumar el hecho de que la producción ya está regulada, la mama no produce leche constantemente (ya no gotea el pecho cada dos por tres!) sino que en cuanto recibe el estímulo de la criatura, tarda unos 2.2minutos en desencadenar el reflejo de eyección, proporcionando al bebé la cantidad que necesita. Esto se traduce en que ya no hay leche de manera inmediata, sino que ahora la criatura tiene que esperar un poco hasta que la leche salga. Y este cambio, como los otros, ya sabemos que no les sientan bien. 

¿Qué ocurre durante esta crisis?

  • La madre ya no nota los pechos duros, sino que están blandos, y esto la lleva a cuestionarse su producción de leche. Sin embargo, este síntoma sólo índica que se ha regulado la producción, y la mamá seguirá estando perfectamente capacitada para amamantar a su criatura durante el tiempo que necesite.
  • Las tomas ya no son eternas. Como comentábamos antes, ya son expertos mamadores y consiguen lo que necesitan en menos tiempo. Sin embargo, este hecho sumado al anterior del pecho dan la falsa sensación de una bajada de producción de leche.
  • Ya no está relajado durante la toma, sino que se distrae constantemente. Esto se debe a su afán de descubrir el mundo, y no a una falta de leche.
  • Durante la noche, o durante las siestas, parecen ser los momentos en los que mejor y más tranquilo toma el pecho.
  • Engorda menos. Este parece ser el hecho detonante en la afirmación de la falta de producción de leche. Sin embargo, este estancamiento es muy normal a medida que van creciendo.

¿Qué hacer durante esta crisis?

Es importante que la mamá sepa lo que está ocurriendo, que tenga confianza en sí misma y en su lactancia. El apoyo de la pareja  y del entorno son indispensables.

Puede buscar entornos tranquilos, con baja estimulación sensorial (pocos ruidos, pocas luces…) Pero también es importante no forzar, tener mucha paciencia y, sobre todo, tener en mente en todo momento que esta crisis pasará.

12 Meses

Normalmente, llegar al año de lactancia materna suele ser casi todo un logro.

Factores como la incorporación de la madre al trabajo tras la baja maternal, las críticas y la presión social, la falta de apoyo incluso de algunos sanitarios sin formación actualizada en lactancia materna suelen hacer mella en las lactancias y ponen fin antes del año.

Llegados a este punto, lo que suele ocurrir al peque es que vuelva a tener más interés por el pecho y menos por los alimentos sólidos.

 La leche materna sigue siendo un alimento importante en el niño o la niña, por lo que tampoco debe suponer mayor preocupación que ingiera menos alimentos. Sin embargo, recordemos nuevamente que esta crisis, como las otras, también es pasajera.

2 Años

Los dos años. La «adoslescencia». Una etapa complicada para nuestras criaturas.

Empiezan a ser plenamente conscientes de que son seres únicos e independientes de su madre. 

Es la etapa de las rabietas, de los «No» por sistema, del enfrentamiento o el llanto descontrolado.

En este caso no se trata de una crisis de lactancia, sino más bien de una crisis de apego. Esta cantidad de cambios e inseguridades, que merman la estabilidad emocional del niño o la niña, hacen que reclamen de nuevo el pecho casi como si fueran bebés.

¿Por qué? Pues porque el pecho no es solo alimento, el pecho es amor, cobijo, seguridad…el pecho es mamá. Y afianzar el apego con mamá para mantener la seguridad es lo que les hará poder seguir adelante y mantenerse estables en esta etapa tan complicada para ellos.

Así que mamis, ya sabéis, confiad en vuestro cuerpo y en vuestra lactancia. Tened paciencia, dad mucho amor a vuestras criaturas y tened siempre en mente que todas las etapas son temporales y pasajeras.

Por supuesto, si tenéis dudas o necesitáis ayuda o consejo, no dejéis de buscar apoyo en un grupo de apoyo a la lactancia materna o en una asesora de lactancia. Sabéis que nosotros ofrecemos asesorías de lactancia presenciales y on line, aquí podréis ver toda la información al respecto.

¡Feliz lactancia!

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