El Método Kassing: la forma más fisiológica de dar el biberón
Como bien sabemos el mejor alimento que podemos ofrecer a un bebé, y de manera exclusiva durante los 6 primeros meses, es la lactancia materna.
A veces, por circunstancias insalvables o por elección propia, la alimentación de nuestras criaturas la hacemos con biberón, bien con leche materna o bien con sucedáneo.
En otras ocasiones, como la vuelta al trabajo o un viaje de la madre, un bebé con lactancia materna debe ser alimentado con biberón. Este hecho suele preocupar a la mamá por el temor a la confusión tetina pezón, que puede llegar a ocasionar rechazo del bebé al pecho (ya que con el biberón debe realizar menos esfuerzo para obtener la leche).
Bien sea de manera puntual o como forma de alimentación habitual, lo ideal sería que con todos los peques que tomen biberón se utilice el método Kassing.
¿Qué es el método Kassing?
Normalmente a la hora de dar el biberón se suele tumbar al bebe, por lo que la leche prácticamente cae por gravedad. De esta manera la criatura no ha de hacer casi ningún trabajo para alimentarse.
Además, somos nosotras quienes les llenamos el biberón con la cantidad que consideramos (o la que nos marca la lata) y nos empeñamos en que se lo tomen entero…a veces sin importar si ellos quieren más o no.
El método Kassing es la forma más fisiológica de dar el biberón a un bebé por dos motivos:
- Por un lado tenemos el esfuerzo de succión que debe realizar, poniendo en uso toda la musculatura que trabaja en este acto y que tan necesaria será luego, tanto para la masticación como para el habla
- Por otro, estaremos permitiendo la autorregulación en la alimentación del bebé, dejando que sean ellos mismos quienes sientan saciedad y sean capaces de decidir si quieren o no más. Así estaremos siguiendo una lactancia a demanda, evitando además posteriores como la obesidad infantil.
¿Cómo se hace el método Kassing?

Lo primero a tener en cuenta es que deberíamos usar una tetina alargada y blanda como esta. No debe ser de forma anatómica, sino redonda. En caso de ser anatómica y aplanada no estaría cumpliendo su función para este método, ya que el bebé no podría hacer una correcta succión.
Sentaremos al bebé para que quede lo más incorporado posible, de manera que la leche no caiga por gravedad y además tenga que hacer esfuerzo para succionar.
Como si quisiéramos lograr un buen agarre al pecho, estimularemos su reflejo de búsqueda acercando la tetina a la punta de la nariz y rozando alrededor de la boca, para lograr que ésta se abra bien.
Introduciremos la tetina lo más adentro posible, logrando así que la boca siga estando bien abierta y que los labios estén evertidos, como si estuviera mamando del pecho.
Mantendremos el biberón en posición horizontal, de forma que la tetina esté medio llena de leche, fomentando de nuevo que ésta no caiga y que haya que hacer esfuerzo para sacar el contenido. No hay que preocuparse por el aire de la tetina, la posición erguida del bebé facilita su expulsión sin problemas.
Haremos pausas cada 20 succiones aproximadamente, dando de esta forma la oportunidad al peque de sentir si está saciado o no. Pararemos o retiraremos el biberón, pero nunca de manera brusca.
Comprobaremos su actitud para seguir ofreciendo e iremos repitiendo el ciclo hasta que sea el peque quien dedica que ya no quiere más.
Espero que esta información os haya servido de ayuda para poder alimentar a vuestros peques con biberón de la manera más fisiológica posible, calmando también a las mamis que le temen a la confusión tetina pezón.
Por supuesto, si tenéis alguna duda al respecto no dejéis de preguntar, ¡estaré encantada de ayudar en todo lo posible!