Montessori en casa, ¿se puede?

Montessori en casa,
¿se puede?

Muchas son las madres y los padres que descubren el Método Montessori y les gusta, porque ven que otro tipo de educación es posible. 

Sin embargo, también son muchos los que no se terminan de acercar a esta pedagogía porque se tiene el prejuicio de considerar que resulta costosa, o incluso elitista.

Si bien es cierto que hay gran variedad de materiales Montessori y que estos a priori parecen costosos, hay que decir que su precio se debe a que suelen estar hechos de manera artesanal, con maderas nobles, pinturas no tóxicas y algunos con un volumen y unas dimensiones concretas, como la Torre Rosa. Añadir que gran parte de estos materiales suelen ser usados en las aulas Montessori.

Pero también es verdad que no vale de nada invertir dinero en estos materiales si previamente no hemos aplicado en casa los valores Montessori.

En esta entrada no os voy a contar en qué consiste este método, ni todos sus principios o sus fundamentos. Lo que sí quiero que veamos es la posibilidad de acercar esta metodología a nuestros hogares y cómo poder llevarlo a cabo.

"Ayúdame a hacerlo por mí mismo"

Esta es una de las frases célebres de la Dra. María Montessori y en ella podríamos inspirarnos para llevar esta metodología a nuestra propia casa.

Por inercia, por costumbre, porque es lo que siempre se ha hecho, hacemos las cosas por los niños. Los vestimos, les echamos el vaso de agua, les cortamos la comida…¿de verdad una niña de 2 años no puede cortar algo de verdura?¿ Tan difícil es para un niño de 3 vestirse sólo?

La respuesta es no. Los niños y las niñas pueden hacer muchas más cosas de las que pensamos, pero somos los propios adultos quienes les ponemos límites a sus potenciales. Y eso es lo que viene a decir esa maravillosa frase de María Montessori. 

La pregunta es la siguiente: ¿cómo lo hacemos? Pues teniendo en cuenta dos parámetros:

  • Cambio interno: nuestra mentalidad. Debemos empezar por hacer un esfuerzo y un cambio interno. Cambiar el chip, vivir un poco más despacio tal vez, y ser conscientes de lo que queremos para nuestras criaturas.
  • Cambio externo: ambientes preparados. Esto quiere decir acondicionar el espacio para favorecer la autonomía de los más pequeños de manera que no tengan que necesitar la ayuda de un adulto.

Cambio de mentalidad

Seguramente, esta sea la parte más complicada del proceso. Tenemos tan interiorizada la forma de actuar con los niños que dar el paso hacia una mentalidad distinta puede resultar en algunos momentos algo difícil.

Hemos de tener en cuenta que las niñas y los niños son eso, niños, no personas de «segunda». ¿Nos gusta que decidan por nosotras? ¿Qué nos hace pensar que a ellos sí?

En algunos aspectos que supongan riesgos las decisiones corren de nuestra cuenta, pero en todo lo demás deberíamos favorecerles la libre elección

Darles el poder de decidir  favorece que desarrollen la independencia, la voluntad y la responsabilidad. Poder escoger (y coger) su ropa, los juguetes, el libro que quieren leer o que les leas no nos supone a los adultos ningún reto ni esfuerzo y sólo trae cosas positivas para los más peques. Por supuesto todo ello pasa por el siguiente punto de los ambientes preparados.

En esta vida frenética que tenemos, el reloj parece observarnos y pasar más rápido cuando hay pequeños por la casa. Hemos de tener presente que somos nosotros los que tenemos prisa, así que si hemos decidido favorecer su autonomía y que puedan prepararse el desayuno o vestirse solos, tengamos en cuenta que igual nos toca anticiparnos y prepararnos con tiempo.

Ambientes preparados

Desde el cuarto del bebé hasta la cocina, pasando por el comedor y el baño.

Toda estancia en la que queramos que nuestra hija o hijo se desenvuelva y desarrolle podría acondicionarse para que así pueda ser.

¿Es necesario comprar algún elemento específico para eso? No, o al menos no siempre.

Hay muchas opciones para poder acondicionar los espacios de la casa sin que tengamos que vaciar los bolsillos para lograrlo.

En otras entradas os iré contando cómo poder ir preparando cada espacio de maneras más o menos específicas, pero a modo de amplio resúmen pensad que es importante que todo esté a su alcance: mesas bajitas, estanterías bajas, bancos para ayudarse. Eliminar en lo posible las barreras físicas para que no necesiten depender de nuestra ayuda y puedan ir desarrollando su actividad en el entorno de manera libre y autónoma.

Actividades Montessori en casa

A los ambientes preparados y a nuestro cambio de mentalidad, les podemos sumar diversas actividades Montessori que podemos realizar en casa.

Hay gran cantidad de materiales y actividades que podemos comprar o incluso hacer nosotras mismas, aprovechando también para compartir ese momento de creación con los peques, involucrándolos así en el proceso.

Las actividades Montessori, y las inspiradas en esta metodología, tienen unas características comunes:

  • Movimiento: los niños aprenden mejor concentrándose en el movimiento de manos, lo que además ayuda en la coordinación oculo-manual.
  • Libertad de elección: como comentábamos anteriormente, es importante que puedan elegir libremente lo que más les apetezca para jugar/trabajar en cada momento. El aprendizaje se fundamenta en las emociones, por lo que la motivación por lo que estén haciendo es primordial.
  • Recompensa: María Montessori era contraria a la educación tradicional basada en castigos y recompensas, por lo que basaba su idea en la recompensa propia del niño al lograr alcanzar el objetivo, así como el aprendizaje basado en el error.
  • Autocorrección: las actividades Montessori se presentan a los niños para que ellos las realicen solos, no precisan del adulto al lado indicándoles qué o cómo hacerlo, pues todas se autocorrigen y ellos solos son conscientes de si están o no bien hechas.

Podemos encontrar elementos y actividades para todo rango de edad. Los siguientes son tan sólo un pequeño ejemplo:

  • Móviles para bebés: que pueden ser visuales o táctiles.
  • Bandejas de trasvases: pueden ser sólidos, líquidos, hacerse con las manos o usando otros elementos.
  • Abrir y cerrar: cualquier tipo de tapa, ¡les encanta y les entretiene!
  • Cajas de color: es un material maravilloso y evolutivo, para empezar aprendiendo los colores y poco a poco ir aumentando en gamas y tonalidades.
  • Mi lugar en el universo: primer material de astronomía que ayuda a tener una perspectiva real y relativa de donde estamos.

Montessori en casa. Se puede.

Cómo habéis podido comprobar, sí, se puede llevar la Metodología Montessori a la casa sin necesidad de un esfuerzo enorme por parte de los adultos.

Adecuar los ambientes para los peques de manera que fomentemos su libertad y autonomía, ser conscientes los adultos de la revolución interna que nos pueda suponer este cambio de paradigma en nuestra educación tradicional, y valorar que las actividades Montessori que trabajemos en casa se puede hacer tanto con materiales comprados como hechos por nosotras mismas (lo cual, dicho sea de paso, a las que no nos considerábamos hábiles con las manualidades nos puede suponer todo un reto…¡y una satisfacción enorme al lograrlo!

En otras entradas os iré contando precisamente cómo podemos llevar a cabo en casa algunas de estas actividades, a la par que también os daré ideas de como preparar ambientes en casa.

Espero que esta entrada os haya servido de ayuda para querer adentraros en una metodología tan maravillosa para peques y adultos.

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